A un mes de su desaparición, familiares siguen buscando al abuelo que estaba en el Fidanza

Este miércoles se va a cumplir un mes. Ángel «Coco» Romero tiene 84 años y alzheimer. Estaba alojado en el Hospital Fidanza y el 19 de marzo desapareció de la institución sin que haya habido, hasta el momento, novedades de su paradero. Familiares están desesperados y siguen la búsqueda, a pesar de que denunciaron que las autoridades competentes cesaron la investigación.

De hecho, hay irregularidades que dan muestra de al menos un proceso negligente por parte de las autoridades del Fidanza y de la investigación policial de la departamental que tiene jurisdicción en Colonia Ensayo. «El director del Fidanza -Jorge Cáceres- nos recibió sólo tres veces», lamentaron los familiares.

¿Qué puede haber más importante, para las autoridades del Hospital Fidanza, que llegar a dar con el paradero de un abuelo que desapareció de sus instalaciones? ¿Qué puede ser prioridad por sobre la responsabilidad que tienen en dicha institución, que hace las veces de geriátrico, en la desaparición de uno de sus habitantes? Algunas de las preguntas que surgen a raíz de que se cumple un mes de la desaparición de Ángel «Coco» Romero, abuelo de 84 años que padece alzheimer y su familia lo sigue buscando desesperadamente a pesar de haber sido recibido sólo tres veces por el director de dicha institución.

Esta ausencia de respuestas y -sobre todo- acompañamiento a los familiares por parte de los responsables del Fidanza no hacen más que acrecentar las dudas sobre lo que pasó. En principio, cualquier persona podría suponer que el viejito se escapó como parte de su padecimiento de alzheimer. De hecho, Mirta Romero y Roberto Ábalo -familiares de «Coco»- explican que cuando el abuelo está en su casa solía perderse, aunque «cuando entraba en razón, siempre sabía como volver o pedir que lo busquen». «Sabe su DNI, nombre completo, los familiares que lo pueden ayudar», explicaron sus familiares en diálogo con Analisis Digital.

Pero, hasta el momento, no hay nada que confirme que «Coco» se haya escapado. Aunque cabe aclarar que en el caso de haber sucedido así, las responsabilidades del Fidanza sobre la contención y el resguardo de las personas que habitan en dicha institución, son indelegables. Si a un geriátrico se le escapa un ansiado de 84 años, con medios limitados para transportarse, ya es muestra de irregularidades.

Sin embargo, hay indicios que alertaron a la familia sobre lo que aconteció aquel fin de semana de marzo. Lo principal es que según lo que se informó desde el Fidanza, «Coco» desapareció alrededor de las 14 horas de ese domingo 19 de marzo. Lo que genera dudas por parte de la familia es que ellos fueron notificados a la tardenoche por parte de las autoridades del Fidanza. Es decir, a pesar de tener los contactos suficientes como para avisar de manera inmediata, desde el Fidanza se tomaron un espacio mínimo de cinco horas para notificar a la familia del desaparecido.

«Nos llamaron tres veces durante el proceso que nos permitió hacer ingresar al tio al Fidanza. Ellos tenían nuestros teléfonos. Cuando hicimos el ingreso, tomaron todos nuestros datos. No entendemos como no nos avisaron enseguida», lamentó Mirta Romero, sobrina que considera un «padre» a «Coco» Romero.

A esto se le sumó otra particularidad, que en este contexto aumentó las dudas y la incertidumbre: el lunes posterior a la desaparición de «Coco» se tapó uno de los pozos donde el Fidanza arroja los residuos de la actividad diaria del geriátrico. Esto movilizó a los familiares que reclamaron la acción de la policía que solicitó la apertura del pozo. En el pozo que se abrió no se encontró nada. Pero se destapó solo un pozo y no se sabe si se trataba del mismo que fue tapado ese lunes, porque hay varios en todo el predio.

Existen otras cuestiones que hacen dudar a la familia. Un golpe en la zona superior de la boca de «Coco» el jueves anterior a su desaparición. Si bien la familia aclara que puede haberse caído, porque en otras oportunidades ha sucedido, es una gota más que llena este vaso de incertidumbre.

Este miércoles se cumple un mes de la desaparición de «Coco» y la familia insiste con la búsqueda a pesar de la parálisis investigativa de las autoridades competentes. «Nosotros nos hemos pasado días enteros buscando cuando se hacían los rastrillajes, no nos podemos quedar de brazos cruzados y queremos respuestas».

Fuente: Analisis Digital