Dos mamás para tres hijos: cuando el amor supera cualquier prejuicio
Días atrás, Argentina celebró el séptimo aniversario de la sanción de la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. Alicia y Josefina dieron testimonio de amor conformando una familia con tres hijos. Viven en Gualeguaychú y aseguran no sentir ningún tipo de discriminación.
Tienen 44 y 46 años y desde hace 12 que están juntas. Se casaron en 2010, al poco tiempo de haberse sancionado la ley que les permitía unirse en matrimonio, como cualquier otra pareja. ElDía conversó con ellas para conocer cómo vive una familia que debió afrontar sus miedos para lograr la felicidad plena.
Alicia y Josefina viven bajo el lema: “Si me aceptás bien, y si no, todo bien”. Con esa naturalidad y desprejuicio hacen su vida en Gualeguaychú, educando a sus hijos en la aceptación de la diversidad.
¿Cuándo comenzó su historia de amor?
-Estamos casadas desde hace 7 años y 12 años juntas. Cuando salió la ley de Matrimonio Igualitario, decidimos casarnos para darle un marco legal a nuestra familia, y sobre todo para que nuestros hijos tuvieran el derecho a tener legalmente a sus dos mamás, ya que de otra forma, solo la mamá biológica tenía el único derecho sobre ellas, dejando a la otra totalmente a la deriva. Son cuestiones legales que perjudicaban también a las niñas a la hora de heredar.
A: Yo soy de Gualeguaychú, aunque llevo más de 25 años viviendo en Buenos Aires. Josefina, mi esposa es de Capital Federal. Vivimos varios años en Capital y luego por razones laborales nos trasladamos a Provincia de Buenos Aires. Desde hace algunos meses, nos mudamos a Gualeguaychú, porque mi familia esta acá y mis padres son muy mayores y ya no pueden estar solos.
¿Fue complejo enfrentar a la familia y hablar de una relación homosexual?
Fue sumamente complicado y difícil. Sobre todo con padres que tienen una estructura de pensamiento muy distinta y con una férrea educación católica. Donde decir “homosexual” es sinónimo de “enfermedad”. Además, el “¿qué dirán?”, y ¿que hicimos mal? para que nos salga una “hija así”.Todos esos cuestionamientos estuvieron presentes durante mucho tiempo. Y también hubo que poner distancia física para darle tiempo al otro de poder aceptar o renunciar. Cuando nacieron nuestros hijos todo cambio. Los nietos vienen con una magia especial que todo lo sana.
Respecto del resto de la familia y las amistades, fue muchísimo más fácil. Más de una amiga dijo: ‘Por fin te animaste a decirlo’. Y desde ese momento todo cambia. Y la vida de una se aliviana.Una ya sabe que va de frente con la verdad, que nadie puede vivir tu vida y reitero: cuando aparecen los hijos, tu mundo da un giro tan rápido y lo único que tiene real importancia son ellos. Todo lo demás es secundario.
La experiencia de mi esposa fue diferente. Al vivir en Capital, la vida allá es más libre, con menos prejuicios.
¿La decisión de tener hijos es individual o de la pareja?
La llegada de los hijos fue una decisión de la pareja. Es más, luego del primer embarazo y cuando estábamos realmente seguras, informamos al resto de nuestras respectivas familias. Planear tener hijos es algo tan íntimo, que no nos parecía tener que comentarlo ni consultarlo con nadie más.
¿Cómo viven el día a día? ¿Existe discriminación de parte de la sociedad?
El día a día, lo vivimos normal. Tenemos los mismos problemas que cualquier familia, ya sea hetero o ensambladas, o mamás o papás solos. Pagamos impuestos, tenemos conflictos, desacuerdos, rabietas, enojos, encuentros, alegrías. Vivimos lo cotidiano como cualquier vecino.
¿Discriminación? No la vivimos porque tenemos una actitud de: ‘Si me aceptas bien, y sino todo bien’. Cada cual vive su vida como mejor le parece y no hay mucho tiempo para sentarme a pensar si el otro me acepta o no. Creo que en eso hay que poner un poco de paños fríos.
Dejar que te conozcan, que vean que no sos un bicho raro. Que te pasa lo mismo a le pasa al otro. Es más simple de lo que parece.
De todos modos tengo que hacer una salvedad. Cuando vivíamos en provincia de Buenos Aires, quisimos llevar a nuestros hijos a un colegio católico privado, porque por supuesto, yo tengo una educación católica y pertenecí en Gualeguaychú a una parroquia y fui miembro activa de la Iglesia. Pero me llevé la gran desilusión y me costó muchas lágrimas.
Después de mucha charla con el cura del pueblo y mucha promesa, cuando llegó el momento de aceptarlas, me dijeron que no podían porque no sabían cómo encarar el catesismo con hijos de lesbianas. Eso fue duro y difícil, porque una piensa que la patada no va venir justo de allí. Y no lo considere un rechazo hacia nosotras, sino a nuestros hijos y eso dolió, fue un golpe bajo.
Creo que la Iglesia tiene tanto prurito que no tiene idea cómo manejarse con ciertos temas, ni siquiera pueden hacer un mea culpa con los curas pedófilos, menos van a poder avanzar en un tema que para ellos es tabú: la diversidad sexual.
¿Hablan con sus hijos acerca de la diversidad o es algo que se da implícitamente?
Con nuestras hijos hablamos de todo, y ellas tienen su propia visión de las cosas. Y por supuesto que hablamos de la diversidad, de lo diferente pero sobre todo, del respeto hacia la otra persona y el no juzgar. Pero los chicos de hoy vienen con otra mirada, más sana y sobre todo más libre y son sumamente desinhibidos.
¿Cómo afrontan las cuestiones en la escuela? ¿Sienten aceptación?
La escuela es un ámbito maravilloso. Nosotras (por motivos que expliqué) decidimos enviar a los chicos a escuelas públicas, tanto en Buenos Aires como acá. Siempre nos hemos sentido acompañadas por los docentes y por los padres de los compañeritos. Ha habido y hay, mucho respeto; y luego que nos conocen, muchísimo acompañamiento. Nuestra política familiar, es acompañar y comprometernos con la comunidad educativa. Porque también es una forma de enseñarle a nuestras hijos, que no se puede esperar siempre que el otro de el primer paso para una buena relación en sociedad.
¿Alguna vez ocurrió que sus hijos se sientan ofendidos por algún comentario malintencionado?
Hasta ahora no han tenido ningún episodio que las haya ofendido.
¿Cómo le explican a las niñas la situación para que sepan desenvolverse en sus ámbitos?
No hay mucho que explicar, ellos tienen herramientas para enfrentar la vida y saben desenvolverse en la comunidad, porque viven su vida con mucha libertad.
¿Quisieran dejar un mensaje a personas que no se animan a vivir su vida con libertad?
Personalmente les diría que la única manera de ir por la vida liviano de cargas, es ser quien uno es, sin distorsionar la realidad. La aceptación siempre viene de uno mismo. Aceptate y te aceptarán. Respetate y te respetarán. La gente que realmente te ama siempre te va a acompañar, aunque muchas veces no puedan comprender o necesiten tiempo para aceptar.
Fuente: El Día – Mónica Farabello