Tezanos Pintos: Ciclistas fueron increpados con armas en la estación de trenes
Un ciclista paranense pensó que esta vez la salida en bicicleta tendría una vuelta especial. Junto a cinco amigos se animaron y llegaron hasta Tezanos Pinto, a 17 kilómetros de Paraná. El sábado trajo consigo una tarde ideal para salir y todos juntos aceptaron la sugerencia de otra amiga que ya había hecho el mismo trayecto: ir en bicicleta hasta Tezanos Pinto, recorrer las históricas instalaciones de la estación de trenes, restauradas en 2012, en ocasión del centenario, y después volver.
Sebastian y su grupo de amigos llegaron la tarde de este sábado a Tezanos Pinto. Hicieron el plan que todos: fueron a un kiosco, compraron refrescos y se dirigieron hasta la remozada estación de trenes, el único atractivo del pueblo. En eso estaban cuando vieron aparecer a una mujer de carácter destemplado que los trató de malos modos.
“Esta mujer empezó a gritarnos que no podíamos estar ahí. A mi novia le tiró la bicicleta, al grito de que ése no era un lugar público, se encerró y empezó a gritar desde adentro de la estación para que nos fuéramos”, relató a Entre Ríos Ahora.
En ese momento, cayeron en la cuenta de que la estación de trenes había dejado de ser un lugar turístico y se había convertido en una casa tomada. Las aberturas habían sido clausuradas con listones de madera, y a un costado había ropa tendida. Mucha ropa.
En ese momento, Sebastián y sus amigos vieron algo peor. Alguien que sale desde adentro de la estación de trenes con una pistola de aire comprimido y empieza a hacer disparos al aire.
Después de eso, otra vez la mujer de los gritos, con una escopeta de doble caño que empezó a cargar frente al grupo de seis amigos y de un matrimonio mayor que, al ver la situación, huyó raudamente en su vehículo.
“Una situación muy pesada, muy densa. Había chicas sacando fotos y unas personas mayores. Cuando vieron lo que pasaba, salieron rápidamente de ahí”, relató Sebastián.
Así terminó el paseo en bici de este grupo de seis amigos: un relato de terror en una tarde tranquila de sábado en un pueblo que no tiene más de 300 habitantes y que pelea por sacarse de encima el mote de “pueblo fantasma”, aunque ahora ha ganado el calificativo de pueblo de pistoleros.
Fuente:Entre Ríos Ahora.