Contaminación en el Paraná: “Las aves usan el plástico para construir sus nidos”

Tras varias investigaciones para determinar el grado de contaminación por plásticos que hay en las aguas que rodean a Paraná y Santa Fe, los resultados son contundentes y preocupantes. Este material está presente en todos los tamaños imaginables y se ha introducido en el ecosistema de nuestra región, afectando así a la fauna que habita ríos, lagunas y arroyos. El doctor Martín Bletter, investigador adjunto del Conicet en el Instituto Nacional de Limnología (Inali), investiga hace varios años el impacto del plástico y ahora observa cómo la fauna acuática está afectada.

“Empezamos a proyectar qué problemas podría traer aparejado sobre la biota (conjunto de los organismos vivos). Primero lo hicimos en peces y no son buenas las noticias porque encontramos microplásticos contenido en el estómago de todas las especies que investigamos. Hace poco lo empezamos a estudiar en las aves y también encontramos las partículas de microplásticos en su organismo”, comentó el investigador.

Sin embargo, lo asombroso y triste al mismo tiempo, es que las aves incorporaron el plástico a sus hábitos. “Hay material en los nidos, lo cual es muy interesante para ver la adaptación de ciertas especies a este elemento antropogénico que está introducido en el ambiente; tal es la magnitud de su presencia que las aves usan el plástico para construir sus propios nidos y criar sus pichones”, señaló Bletter.

Al respecto, advirtió que el problema potencial es que se den los “enredos”, “esto significa que los pichones quedan atrapados en los mismos plásticos que sus padres utilizaron para construir nidos”, y analizó: “Más allá del impacto de la contaminación esto nos magnifica la presencia y cómo se ha impuesto este material sobre el ambiente”.

 

Intervención Directa

La trascendencia de los estudios, que llevan adelante Bletter y su equipo del Inali, fue tal que ahora llevarán adelante un proyecto de la National Geographic que se trata de la implementación de barreras flotantes, hechas con materiales reciclados de la misma basura que recolectan. “En este contexto de malas noticias, lo bueno es que conseguimos la subvención económica del proyecto, con lo cual vamos a tener intervención directa. Vamos a empezar con los arroyos de Paraná (en Las Viejas y el Antoñico) y también lo haremos en Rosario. La idea es crear barreras flotantes y determinar si son efectivas o no, y medir su grado de efectividad a la hora de retener plásticos en un intento de evitar que pasen de los arroyos urbanos hacia el río Paraná”, informó el biólogo. Empero sostuvo que este proyecto “es un intento previo al ingreso, lo ideal sería hacerlo en eslabones anteriores, es decir, evitar que ese plástico ingrese en las cuencas urbanas. Por eso sólo intentaremos poner un parche al problema”.

Sobre la puesta en marcha de estas acciones, el doctor en Ciencias Biológicas estimo que para fin de año podrán implementarlo, siempre y cuando acompañen las condiciones hidrológicas del río.

 

—Para combatir la contaminación es necesario el apoyo estatal, tanto Provincial como Municipal. ¿Hay acercamiento por parte de los gobiernos?

—Sí, los hay. El grueso de los residuos que encontramos no son los del usuario “descuidado” del río, sino que proviene de los hogares, es decir de una mala gestión de los residuos sólidos urbanos, es ahí donde está el punto y donde hay que focalizar. Esto significa que en alguna parte de la cadena algo está saliendo mal: no estamos separando correctamente y una vez que ingresa a los contenedores se pierde o no ingresa todo el contenido, esto hace que lo que queda fuera, cuando llueve, se distribuye por la ciudad y finalmente en las partes más bajas de la cuenca va a parar al río.

 

El plástico los mata

Durante la observación en la zona ribereña, el grupo de investigadores se encontró con un panorama desolador al ver que los nidos de diferentes especies de aves estaban hechos con residuos plásticos, desde bolsas de polietileno, sorbetes, hasta elementos de pesca. Un benteveo enredado con un pedazo de tanza; una bolsa inserta en medio del nido de un espinero grande; y un hornero muerto, luego de quedar amarrado a un hilo de pesca que utilizó al construir su propio nido.

Fuente: El Diario

Fotos: El Diario / César Machado / Pablo Cantador.