El PRO irá a elecciones para definir su conducción
Tras casi cuatro años de intervención, el PRO de Entre Ríos no pudo resolver su normalización por consenso y deberá definir en las urnas a sus autoridades partidarias. La elección será el 3 de junio.
Cumpliendo el plazo que el cronograma electoral fijaba para la inscripción de listas, se confirmó que habrá dos opciones en la interna del 3 de junio para elegir autoridades partidarias del PRO entrerriano.
La oficialista Compromiso Entrerriano, encabezada por el intendente de Basavilbaso Gustavo Hein, el senador de Gualeguay Francisco Morchio como candidato a vicepresidente primero y la viceintendente de Crespo, Mariela Hildermann como vice segunda.
Por la oposición se inscribió la lista Actitud PRO, que encabezan Hernán Blázquez (Paraná), Juan Carlos Fuser (Concordia) y Graciela Castro (Concepción del Uruguay).
Este sector armó lista propia además para las departamentales de Paraná, Concepción del Uruguay, Concordia, Nogoyá, Victoria y Tala, por lo que habrá pelea también para esos distritos a nivel local.
En cambio, en Gualeguaychú, Federal, Feliciano, Federación y La Paz se armaron listas de consenso.
Oficialismo. La lista Compromiso Entrerriano es la que avala el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, principal referencia política del PRO entrerriano. De hecho, Hein acompañó al presidente Mauricio Macri en su visita a Paraná del mes de abril, mientras su competidor interno, Blázquez, no pudo siquiera obtener una fotografía junto al líder nacional de PRO.
Con esta interna el PRO entrerriano normaliza su situación tras una intervención de casi cuatro años, que estuvo a punto de hacerle perder su personería. En todos estos años fue Frigerio quien adoptó las decisiones dentro del partido; primero como interventor –lugar desde el que actuó en el armado electoral de Cambiemos de 2015- y luego, tras las elecciones que llevaron a Macri a la Presidencia, delegó esa función en un hombre de su estrecha confianza, el diputado nacional por Buenos Aires, Marcelo Sorgente.
No obstante, dentro del PRO entrerriano nadie discutió a Frigerio en estos cuatro años. Por eso es que llamó la atención la aparición, a fines de 2016, de una agrupación denominada Alberdi, que alzaba una voz disonante exigiendo la convocatoria a elecciones. A la cabeza de la agrupación estaba Blázquez, un absoluto desconocido para la política entrerriana, incluso para la mayoría de los dirigentes de PRO.
Oposición. Con el paso del tiempo, nadie terminaba de tomar en serio a Blázquez. Sobre todo por sus antecedentes como representante de figuras de la farándula porteña y algunas denuncias mediáticas que lo vinculaban con estafas dentro de ese negocio. Eso hubiera sido secundario si al menos hubiese exhibido algún poder de movilización atendible.
Pero el desdén de la intervención por normalizar el partido le habilitó una oportunidad que Blázquez supo aprovechar para sumar reconocimiento. Efectuó una presentación ante la Justicia Federal para obligar a Sorgente a llamar a internas y obtuvo respuesta favorable.
Desde allí, se anotó como un éxito propio haber provocado este paso que evita al partido quedar al borde de perder su personería jurídica en Entre Ríos, lo que hubiera sido poco menos que un papelón para una fuerza que se dice republicana.
Tras la respuesta favorable de la Justicia, Blázquez empezó a ser tomado más en serio. Sobre todo cuando logró reunir a un conjunto de agrupaciones que le permitían un armado electoral aceptable para la interna. Entre sus aliados aparecieron nombres conocidos dentro de la relativamente corta historia del PRO en la provincia, como el del dirigente de Nogoyá, Augusto Lafferriere.
A esto se sumó la aparición dentro de este sector de la primera candidata a diputada nacional mujer de PRO, la docente universitaria Graciela Castro, de Concepción del Uruguay.
Sin embargo, Frigerio decidió ignorarlos y en ningún momento buscó un consenso. En su último paso por Paraná, la noche previa a la visita presidencial del 20 de abril, se limitó a formalizar el armado de la lista que encabeza Hein y, al día siguiente, a mostrarlo todo lo que pudo junto al Presidente.
Ha sido una característica de todo este proceso que los referentes del oficialismos partidario evitaran hablar de la interna, incluso informar sobre la marcha del proceso, con lo cual no hicieron otra cosa que dejar el escenario mediático libre a Blázquez. Por eso es que nunca nadie explicó por qué se dejó que las cosas llegasen a esta situación, impensada para un partido tan pequeño –de menos de 8 mil afiliados- que viene siendo conducido por un dirigente tan poderoso como el ministro del Interior de la Nación.
La escena de una elección interna resultó impensada además porque desde que se empezó a hablar de poner fin a la intervención en el PRO, a principios de 2016, siempre se trabajó sobre la hipótesis de una lista única.
Fuente: El Diario