Historias de Vida: Mariana Cepeda “Franco hoy es un chico normal, es un chico feliz, estoy orgullosa de el”

Franco Kranevitter hoy tiene 10 años, va a la escuela, es hincha de River Plate y está conociendo a su hermanito que nació hace poco más de un año. En 2014 le diagnosticaron un tumor en el coxis y tuvo que hacer un tratamiento en el Hospital Garrahan de Buenos Aires. Sus papás, Gustavo y Mariana lo acompañaron en esta difícil situación, aferrándose en la fe religiosa y el apoyo brindado por la gente de Valle María y la zona. En este nuevo segmento de Informe 3 denominado “Historias de Vida”, entrevistamos a Mariana Cepeda, mamá de Franco para que nos relate lo que le tocó vivir en el año 2014.

“El 14 de febrero, fue el día que se descubrió la lesión en el coxis, la mayoría de los médicos nos dijeron que era casi imposible de descubrirlo, fue por la insistencia nuestra que algo nos decía que no estaba bien, porque el lloraba, se quejaba de noche, hacia picos de fiebre, no se le manifestaba ninguna enfermedad, ya sea de garganta, de oído o de otra cosa, cuando lo llevamos al médico indicando la zona donde le dolía, yo lo lleve primeramente con el traumatólogo Moya, él fue quien dijo que “en las placas no había salido nada pero había que respetar los dolores de los niños”, entonces me mando a una ortopedista pediátrica, la única en Entre Ríos, que está en Paraná, ella dijo que hay un caso en un millón de niños que puede llegar a ver un quiste o tumorcito al finalizar la columna, donde está el coxis,  que de igual forma que esperemos porque podía ser que estaba creciendo muy rápido, no esperamos nada, el 14 lo hicimos, el 15 recibimos el informe, que no estaba firmado por el médico, pero ya sabíamos que algo estaba mal, tenía una medición la lesión, pero a todo esto no sabíamos cuál era el diagnostico, de allí nos fuimos al Sanatorio del Niño, lo llevaron a quirófano, le hicieron tacto y ahí nos dieron la peor noticia, que en 20 años de profesión del Dr. Paz, que es muy nombrado, jamás había visto un caso así, que estaba fuera del alcance de ellos, que no podían hacer más nada y nos derivaban al Hospital Garrahan” comienza a relatar Mariana a Informe 3.

 

Luego de recibir esa noticia, ¿les contaron a los familiares de ese resultado?

Sí, yo estaba trabajando, llamé al pediatra y le leí el informe de la tomografía para que él me diga que era lo que tenía, ahí el me confirmó, que eran las características de un tumor, que podía ser bueno o malo, pero que fuéramos de a poco, que no me pusiera mal, y obvio que me puse re mal, yo ya lo relacionaba con cáncer, hacía poco que había perdido a mis abuelos por cáncer, fue todo rápido, es como que lo esperaba pero cuando te lo confirman te lo queres morir, de una persona grande lo podes esperar, lo asimilás, pero cuando es una criatura, te choca y daría lo que fuera por estar en el lugar de él.

Al otro día nos fuimos a Buenos Aires, lo que acá no habían visto en 20 años, allá en dos minutos nos supieron decir que era lo que tenía, nos dijeron que lo tenían que operar para poder extraer y luego se tenía que hacer la biopsia para ver si era benigno o maligno. Ahí nos volvimos por un tiempo, ahí empezó una odisea entre nosotros, tuvimos que decirle a Franco de la mejor forma, sentarnos y hablarlo, decirle lo que tenía, yo dije a mi esposo “no estoy preparada, yo prefiero estar muerta en todo caso antes de verlo sufrir”. Yo siempre fui de esas mamás que ahogan a sus hijos, que lo cuidaba de todo, que no se ensuciara, que no se enfermara, y esto se me escapaba de las manos, no lo podía evitar, me echaba culpas, fue todo un proceso que tuvimos que vivir juntos y agradezco que haya sido él (Gustavo) con quien pasamos este momento porque fue el sostén, venían conocidos, familiares y nos decían “va a estar todo bien” y nos nombraban muchísimos casos pero nosotros decíamos “este caso es nuestro, lo vivimos así y no sabemos con qué nos vamos a encontrar”, si tomé como referencia el caso de mi suegra porque ella se recuperó de cáncer, a pesar de eso pasó un montón de cosas y siempre ella con su carácter, sus ganas de vivir, nos guiábamos por lo que nos decía ella.

Vino muchísimas gente, que no conocíamos, gente que lloraba con nosotros, que era la primera vez que nos veía, cuando escuchaba el caso, mucha gente me juzgó porque lo hice un poco público, pero mi idea era que cuando más gente rece por él, Dios va a escuchar y va  a hacer algo, por supuesto que en algún momento perdí la fe, estaba enojada y no me explicaba porque tenía que pasar esto, yo lo tomaba como un castigo, después con el tiempo yo creo que lo tomé como una experiencia y te enseña muchísimo, porque a nosotros nos hizo “clic” la vida, teníamos muchas prioridades, que mucha gente lo tiene, por ejemplo terminar la casa, trabajar para juntar plata, para cambiar el auto, lo que sea, acá no había un precio para pagar para que Franco estuviera bien, acá no se podía revertir la situación, había que hacerle frente de la mejor manera que se podía, con el apoyo de la familia, amigos y conocidos.

 

¿Cuánto tiempo estuvieron en Buenos Aires?

Viajamos periódicamente, pero cuando le hicieron la cirugía estuvimos 28 días.

A él le hicieron un cirugía el 26 de marzo, cuando se lo extrajeron, nos llamaron y nos dijeron que no era un tumor, sino que eran dos, en forma de reloj de arena, que fue por eso que no se vió en las tomografías y ecografías, al otro día nos dieron el alta, él (Franco) empezó con dolores, donde quedo el espacio de dónde sacaron los tumorcitos se le formó un coágulo e hizo que se forme una infección, ahí se empezó a desmejorar, fiebre, mucho dolor, lo trataron con morfina, le afectó el corazoncito, estaba con taquicardia, le pasaron antibióticos, él es alérgico, yo había advertido pero dijeron que “le iban a dar un antihistamínico y lo va a tolerar bien”, no lo toleró, un día, a las dos de la mañana lo llevaron a terapia y esos fueron los 5 días peores de mi vida, el no volvía, él era como que estaba entregado, se había deprimido, no se levantaba para ir al baño, no hablaba, lo único que hacía era llorar, después de a  poquito empezó a levantar, pero el canal de él había quedado y debido a la infección como que se habían activado, las células cancerígenas las produce el huesito dulce (coxis), si bien le cortaron un pedacito del huesito, dicen que nunca se termina de sacar el total de las células cancerígenas y eso era como que estaba dando vueltas, podía llegar a volver o podía desaparecer, hasta el día de hoy estamos controlando que no vuelva, en caso de volver se hace el mismo tratamiento, se extrae mediante una cirugía.

 

Usted recién decía que mucha gente vino a contarle algunos casos, eso también llenaba de esperanzas y fuerzas para salir adelante

Si, por supuesto, el apoyo de la gente fue muy importante, porque nosotros, estando lejos allá, estábamos los 3 solos, pero continuamente recibiendo mensajes, llamadas, como te decía, gente que no conocíamos, nos brindaba el apoyo y nosotros decíamos “Es muchísima gente que está atrás de la situación de Franco y él tiene que salir adelante por todas las oraciones que habían hecho por él”. En un momento volvimos, había que utilizar un droga que venía de Sudáfrica, que salía 30 mil pesos, el hospital contaba con esa droga pero nosotros al tener mutual, teníamos que pelearla por medio de la mutual porque eso era para los chicos que no poseían mutual, la mutual nos dio la negativa, tuvimos que presentar un recurso de amparo, ahí se empezó a sumar la solidaridad de la gente porque estaba el Dr. Gustavo Dalinger que nos asesoró en ese momento, por supuesto que gratuitamente, yo había ido a averiguar al banco por un crédito, porque uno se empieza a despojar de lo que tiene, sea auto, moto, casa, vendíamos lo que fuese por tener esa droga,  cuando llegue al banco, era todo emocionante porque no pensábamos recibir tanto apoyo, ahí nos dijo el gerente del banco “no, sacar crédito no, nosotros vamos a ayudar, hay un grupo de gente que quiere colaborar, vos quédate tranquila que vas a conseguir esa plata, avisa momás que nosotros nos ponemos en campaña”, la gente de Valle María tiene eso, te conozca a o no, si te ve en una situación difícil y más por tema de salud, siempre colabora, no ha sido solamente con nosotros, sino en general.

Gracias a Dios, la mutual nos cubrió todo y pudimos hacer el tratamiento.

 

Cuando estuvieron esos 28 días en Buenos Aires, ¿cómo hicieron en la parte laboral?

Por mi parte tenía el apoyo del jefe y sub jefe de provincia, ellos me dijeron que tomara el tiempo que fuese necesario, inclusive me dieron una ayuda económica, porque no era solo ir estar allá en Buenos Aires, había que alimentarse, Constitución es una zona muy peligrosa, al salir de un hotel ya sabían que no éramos de ahí, tal fue así que me robaron cuando iba a hablar por teléfono a un locutorio, a pesar de estar a 5 cuadras del hospital, nosotros teníamos que manejarnos en taxi por seguridad y después la medicación, la medicación que no entraba por la mutual debíamos comprar, todos los días algo distinto había que comprar, muchas veces no contábamos con eso, fue todo tan rápido, ni siquiera podíamos decir, “tenemos una orden, nos llevamos esto”. Llegaba fin de mes e iba a cobrar, tenía plata depositada que no sabía de donde venía, era de mis compañeros, de gente que depositaba plata, inclusive ha venido gente a casa que nos dejaba sobres, al principio me daba vergüenza, porque yo decía “yo tengo mi trabajo” pero después pensaba en Franco y yo dije “esta plata no es para mí, sino es para que él pueda hacer su tratamiento” y el día de mañana lo voy a compensar de alguna manera.

 

Anteriormente me contaba que fue un momento duro darle la mala noticia a Franco, pero también hubo un momento para darle la buena noticia

Si, cuando llegamos, él se dio cuenta enseguida porque vino el cirujano, acompañado por la oncóloga, cuando nos leyó el informe, empezamos a llorar y el no entendía, me pedía por favor que no llorara, porque yo vivía llorando, me superaba la situación, entonces ahí le explicamos que a veces se lloraba por tristeza y a veces por alegría, en ese caso estábamos llorando de alegría porque lo de él había salido bien y por supuesto que él se puso muy contento porque hasta el ánimo la había cambiado porque estaba muy apagado, muy sumiso, no sabíamos que le pasaba por la cabeza en ese momento, fueron situaciones muy difíciles, hasta el día de hoy hay momentos que no me borro, que me siguen dando vuelta en la cabeza, como cuando lo anestesiaban, él pedía por favor que no, que se iba a quedar quietito, y uno ¿cómo le explica a una criatura que es necesario hacer eso?, y nos sentíamos con culpa, salíamos mal, llorando siempre porque no podíamos evitarlo, pero gracias a Dios, yo estoy re orgullosa de él, porque las cosas que el soportó, no sé si yo las hubiese soportado, porque no fue solamente sacar una placa o un estudio, fue inyectarle de todo, vernos a nosotros mal, él tuvo que asimilar todo esa situación, pero por suerte ahí en el Garrahan hay un equipo de psicólogos, Franco tenía su maestra, es un mundo aparte y cuando uno llega ahí, ve otros casos que lo que tenía Franco no era nada comparado, hay gente que hacía 9 meses que estaba viviendo ahí en el hospital, hay muchos casos y que vienen de todos lados, de Uruguay, de otros países y escuchando los casos, nos decíamos “Nosotros dentro de todo, estamos bien”.

 

Hoy Franco lleva una vida normal como cualquier niño de su edad

Él es un chico, como yo había publicado, un chico un poco vago, pero es un chico normal, feliz, no tiene ningún tipo de impedimento, él cuenta a sus amiguitos la experiencia que le pasó, no se olvida, a veces hace preguntas pero no es algo que le haya afectado la vida, es un chico sano hoy en día.

 

Si bien en una parte de la entrevista mencionó la perdida de fe religiosa, también se aferró a algunos santos

Me aferré mucho a San Expedito y al Gauchito Gil, hubo momentos de flojera, como te decía pero teníamos que creer en algo, nos enfocamos en eso, teníamos una capillita debajo de donde Franco estaba internado, ahí íbamos y rezábamos, en ese momento decíamos, nunca agradecimos por tener salud, nunca agradecimos por la salud de Franco, hasta el día de hoy lo agradecemos, por eso decimos que todo sirve como para ponernos a pensar que antes quizás nos tomábamos las cosas de otra forma y no parábamos a agradecer, éramos católicos pero no de la forma que somos ahora, tenemos otro punto de vista.

Agradecimientos

Agradecimientos para toda la gente, a vos por brindarme siempre el espacio, porque en un momento llevaste la buena noticia a través de tu periódico, a la familia, a toda la gente en general de acá de Valle María.