Aniversario del Club Atlético Juventud Unida de Aldea Spatzenkutter
Hace 27 años un grupo de personas se reunió en las instalaciones de la Escuela Nº 6 de Aldea Spatzenkutter, con el objetivo de crear una institución deportiva, ya que fueron visionarios ante la imperiosa necesidad de contar con un espacio de recreación tanto para los chicos como para los jóvenes y adultos de la aldea y la zona.
Fue así que en el encuentro llevado a cabo el 30 de abril de 1990, los presentes acordaron y diagramaron una serie de acciones para concretar la iniciativa, donde además se conformó la primera Comisión Directiva del Club Atlético Juventud Unida (CAJU), que presidió Rubén Detzel y lo acompañaron el vicepresidente, Humberto Alfonsini; secretario, Daniel Doetzel; prosecretario, Juan Dietz; tesorero, “Tito” Doetzel; protesorero, Agustín Rausch. Vocales: Higinio Haberkon, Ángel Alem y Atilio Kolman; revisor de cuentas, Remigio Haberkon.
Cabe señalar que en 1995 en la presidencia de Daniel Doetzel, la institución adquirió el predio del Arzobispado, donde se encuentra actualmente la cancha de fútbol y donde los seguidores, simpatizantes y vecinos de la comunidad, concurren actualmente a dichas instalaciones para participar del espectáculo deportivo que se brinda en diferentes jornadas.
A lo largo de estos años y con el paso de diferentes personas y colaboradores por la entidad, las instalaciones se fueron acondicionando y en esta gestión el trabajo continúa, donde con esfuerzo y compromiso se vienen realizando varias tareas, entre ellas el mejoramiento del campo de juego y el embellecimiento del predio, para que los simpatizantes y vecinos puedan disfrutar de un espacio cómodo y seguro.
En dicho lugar los chicos comparten las actividades de la Escuelita de Fútbol, también se organizó a fines del mes pasado un torneo femenino, que contó con la participación de diferentes equipos de la zona y lo que se va recaudando en los eventos que se organizan, se destina a la financiación de diferentes obras, entre ellas para refacciones en los sanitarios y en la cantina y para mejorar el servicio eléctrico de la estructura edilicia.
Es valorable la labor que está desarrollando un grupo de colaboradores y el apoyo permanente de los habitantes de la aldea y comunidades vecinas, para que el CAJU siga creciendo y pueda sumar más actividades.
Fuente; El Observador