Golpe al bolsillo: en un año el gas envasado subió casi 60%
La garrafa de 10 kilos cuesta entre 135 y 140 pesos en la distribuidora. El delivery hace subir su valor a 220. En invierno rinde menos.
Tras las temperaturas benévolas atípicas que se registraron la semana pasada, volvió el frío, y esta vez para quedarse. En este contexto suele aumentar el consumo de gas, por más esfuerzos que la gente haga para ahorrar y que rinda. Si bien el gas natural volvió a registrar una fuerte suba en el último período que sacude el bolsillo de los usuarios, los más afectados son quieren carecen de este servicio y tienen que recurrir a la compra del gas envasado, que continúa siendo sensiblemente más caro.
La práctica indica que para consumo familiar una garrafa de 10 kilos suele durar un mes y medio en verano, pero en invierno alcanza para cubrir las necesidades de un mes solamente. Y en los hogares excluidos de la red de gas natural, o que no pueden acceder a una conexión por los altos costos que esto insume, no solamente tienen que pensar que tendrán que comprar una garrafa cada 30 días, sino además hacer frente a los incrementos estacionales que se dan cuando llega la temporada de otoño-invierno: si bien la última suba fue entre abril y mayo, no descartan que en el mes que inicia hoy pueda haber nuevos ajustes, según confió uno de los vendedores del rubro.
En la actualidad, el precio de referencia es de 135 pesos para quienes cuentan con medios para ir a buscarla a alguna de las plantas de distribución. Juan Carlos Albornoz, titular de Defensa al Consumidor y Lealtad Comercial de la Provincia, indicó a UNO que en términos generales se está cumpliendo con este valor: «No hemos tenido reclamos sobre este precio máximo. Las distribuidoras lo están respetando», dijo, aunque aclaró: «Hay lugares donde no tenemos injerencia, como los kioscos o las despensas donde venden gas y a lo mejor el importe varía; ahí juegan un papel importante los municipios, que son los que tienen que corregir la cuestión de las habilitaciones de gas de garrafa».
Sobre el costo extra que deben abonar quienes no tienen movilidad para ir a la boca de expendio y acceder a este precio, señaló: «No está limitado el delivery. Hay algunas distribuidoras que cobran un precio razonable para llevar la garrafa a domicilio y otras que no. Por eso recomendamos consultar y comprar donde es más conveniente».
Marcelo, quien trabaja en este rubro desde hace 52 años, comentó a UNO que la garrafa de 10 kilos entregada en domicilio la están cobrando 220 pesos, en el caso de las de 15 kilos cuesta alrededor de 340 o 350 pesos con flete incluido y el tubo de 45 kilos está a unos 980 pesos. Quienes tienen un mejor poder adquisitivo y por la zona en la que viven no tienen gas natural optan por esta alternativa: «Tienen calefactor o termotanque y sobre todo en invierno compran el tubo», dijo.
A su vez, aclaró que la garrafa de 10 kilos es más barata si se la va a buscar a la planta, y justificó la diferencia de precios si se cobra el reparto: «Para salir a repartir tenemos que poner los vehículos y al menos dos empleados. A veces hay que ir a otra punta de la ciudad, lidiar con el tránsito y los semáforos, hay que buscar lugar para estacionar o sino el empleado tiene que dar toda una vuelta a la manzana con la garrafa al hombro. Y en muchos casos vamos a la casa y se la conectamos para verificar que no tenga fallas».
«Hay tantas cosas que la gente no sabe sobre el reparto. Están caros el combustible, los impuestos –porque hay quienes venden gas y no facturan– y ni qué hablar si debemos cambiar una cubierta. Nosotros tenemos la idea de cobrar un poquito más para sostener la rentabilidad, pero a veces no se puede porque la gente no está en condiciones de pagarlo».
Por otra parte, mencionó que aunque el año pasado hizo más frío en esta época el consumo es similar. «Esta es la temporada del año en que se gasta un poco más, y el gas envasado sigue siendo más caro en comparación con el gas natural», sostuvo.
Por su parte Lalo, referente de otra de las distribuidoras de la capital provincial, observó: «Las familias que usan gas envasado casi no lo utilizan para calefaccionar. Solo lo destinan a la cocina; en verano les dura un mes y medio pero en invierno mucho menos. Lo que vemos es que la gente pregunta dos o tres veces el precio y después compra y sabemos que hay quienes a veces cocinan con leña para que les aguante un poco más la garrafa».
También refirió: «Casi todos compran la garrafa de 10 kilos, donde el precio subsidiado se nota pero solo para quienes pueden ir a buscarla a la planta. A los que tienen auto o viven cerca les conviene; también están los que la buscan en carro o en moto».
Sobre este punto, Pablo Ayala, secretario Adjunto del Sindicato del Petróleo, Gas y Biocombustibles de Entre Ríos, opinó: «En boca de expendio siempre sale más barato. Lo que pasa es que es un decreto que está hecho desde hace bastante tiempo, cuando la garrafa de 10 kilos salía 16 pesos y convenía más ir a buscarla. Hoy mucha gente prefiere que se la envíen aunque deban pagar un poco más, ya que las plantas nunca están cerca de lo bulevares o de las zonas más pobladas, sino próximas al Parque Industrial».
Por último, el dirigente contó que este año no se registraron faltantes, como sí ocurrió en inviernos de años anteriores. «En otros año ha faltado petróleo crudo. Hay un cupo que cada invierno les dan a las distribuidoras de manera mensual y lo han sabido manejar bien», concluyó.